Guatemala es un ejemplo claro, de que el capitalismo continúa expandiéndose y fortaleciéndose a partir de países periféricos, su intervención no sólo deja entrever la relación de desigualdad que existe entre ambos países, sino que se aprecia el refuerzo del sistema por el continuo crecimiento del capital a través de la explotación de otros, que como consecuencia, crean las relaciones de dominación entre naciones.
La propaganda anticomunista se realizó únicamente con el propósito de beneficiar al líder capitalista, con el fin de “justificar” la acción militar que realizaba, atentando con la soberanía de Guatemala. Sin embargo Estados Unidos el llamado “defensor del mundo libre” al ir tras el interés económico, perjudicó a toda la población guatemalteca, consecuencias que aún siguen afectando a la pequeña nación centroamericana.
No sólo realizó una constante y permanente caza de comunistas o supuestos comunistas que justifican sus crímenes contra la gente que se resistía al sistema, sino que derogó las reformas emanadas de los presidentes José Arévalo y Jacobo Arbenz, así como el desmantelamiento del sistema escolar por miedo a la difusión de propaganda comunista y evitar la concientización de las problemáticas por parte de la población. Se les privó a muchas personas de las herramientas necesarias para comprender el porqué de muchas acciones cometidas por el gobierno.
Las decisiones implementadas después de la intervención fueron en beneficio de los monopolios extranjeros (estadounidenses), no de la población guatemalteca. Durante el mandato de Castillo Armas se propiciaron todo tipo de medidas para favorecer los intereses de empresarios y el gobierno estadounidense; queda claro que el uso del comunismo para Estados Unidos,es toda manifestación contraria a sus intereses, principalmente los de su libre mercado.
Es por ello que la intervención nos permite vislumbrar el panorama latinoamericano y la posición que juega dentro del sistema capitalista liderado por Estados Unidos. La reflexión, junto con el análisis de estas prácticas capitalistas e imperialistas que siguen presentes en la realidad de dichos países y que son una plaga para el bienestar de América Latina nos pueden dar respuesta a las problemáticas que actualmente enfrenta. Aunque en el presente sigue habiendo intervenciones armadas, la mayor está en la normalización de su estilo de vida y sus prácticas. Guatemala es el síntoma, como muchos otros que florecen, de que las luchas populares, nacionalistas o de cualquier otra índole que cuestionan la lógica del sistema, se enfrentan ante la política agresiva estadounidense pero que es el inicio de la resistencia que ha generado en América Latina una esperanza.
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