Antes de la revolución de 1944 Guatemala vivía, bajo la dictadura de Jorge Ubico Castañeda, una estructura económica de monocultivo y semi feudal que mantenía a sus trabajadores, en especial, la población campesina que significaba más del 50% de la población activa, en constante pobreza al no tener leyes que protegieran el salario, la duración de las jornadas laborales, el tiempo de descanso, entre otros derechos se veían aún más obstaculizados por la ley de vagancia que obligaba a los trabajadores a un mínimo de 3 meses o 180 días de labor forzada para supuestas obras públicas. [1]
Era indispensable un cambio político, impulsado por un generalizado descontento poblacional, que desencadenó la lucha el 20 de octubre de 1944. El triunfo real se palpaba con la constitución de 1945, que estableció una etapa de diez años de democracia en Guatemala, a los que algunos intelectuales le conocen como la “democracia guatemalteca”; bajo el mandato de los presidentes Juan José Arévalo y Jacobo Arbenz.
José Arévalo, quien gobernó de 1945-1950, creía en un socialismo espiritual, al rechazar el individualismo liberal y el materialismo del marxismo-socialista[2]. Durante su mandato se creó el primer Código de Trabajo donde el movimiento obrerismo pudo organizarse y luchar para su mejoramiento. Impulsó la creación del Seguro Social que estableció como institución del Estado en 1946, ampliando cobertura por todo el país y construyendo hospitales, clínicas y dispensarios que para el año de 1948 ya había atendido a 200,000 personas que eran afiliados al servicio. El salario mínimo pasó de los 5 o 25 centavos a los 80 centavos de Quetzal (que equivalen a 80 centavos de dólar en aquella época) y se abrieron más escuelas, este rubro (el de educación) recibió mayor presupuesto[3]. Sin embargo, el periodo presidencial de Arévalo no se vio caracterizado por una resistencia al capital, puesto que este incrementó sus inversiones en el país y sus intereses no se vieron afectados de una manera drástica. Al terminar el periodo de Arévalo, J. Arbenz tomó la presidencia, continuó con dichas reformas, radicalizándolas, y teniendo consecuencias para su nación.
[1] Toriello G. G, (1955) La batalla de Guatemala, México: Editorial cultura, ediciones cuadernos americanos, p. 1-17
[2] Jonas S. & Tobis D. (1976) Guatemala. Una historia inmediata., México: Siglo XXI editores, p. 85
[3] Toriello G. G., Ibíd., p 15-28
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